El empresario y fiannciero José Antonio Onrubia Romero es secuestrado por un grupo de encapuchados armados sobre las ocho de la noche en Lima (Perú) ante una multitud de personas cuando llegaba al local de la Asociación de Criadores de Caballos. Fue golpeado con un arma y le metieron con la cabeza ensangrentada en un coche donde le suministraron un somnífero; al chófer le dispararon. Cuando despertó estaba en un habítaculo de 2x2 metros y 1,20 de alto.
Los secuestradores pidieron un rescate de 20 millones de dólares. El primer mes fue maltratado pero luego comenzaron a mejorar sus condiciones de vida.
En febrero se informó de la detención de personas que podrían estar relacionadas con el secuestro y se comunicó que Onrubia podría haber fallecido por los golpes recibidos al ser secuestrado.
Sin embargo, sobre el 8 de abril fue puesto en libertad y abandonado en el interior de un coche en Lima después de inyectarle un somnífero. Se supone se pagó un rescate económico.
Se especuló entonces con que el secuestro pudó ser obra de delincuentes comunes pero años más tarde se afianzó la hipótesis de que fue obra del MRTA, como se ve en este párrafo del informe de la Comisión de la Verdad de Perú:
Durante el periodo comprendido entre 1984 y 1987, el número de secuestros es bastante reducido pero significativo. Así, en noviembre de 1984, el MRTA inicia esta práctica con la captura del empresario José Onrubia Romero. En los años siguientes no se registraron casos de secuestros, hasta que en 1987 esta práctica recomenzó, disminuyendo nuevamente en 1988.
Autoría: MRTA
Duración: aproximadamente 154 días